Todo orador, al momento de hacer uso de la palabra ante un determinado público, asume consciente o inconscientemente un rol temporal de conducción grupal, que implica una serie de características que son propias del liderazgo situacional. En función de ello, adapté este enunciado al campo de la retórica y la elocuencia y creé el concepto de: Oratoria Situacional.
El modelo de Paul Hersey y Ken Blanchard sobre Liderazgo Situacional se basa en la tentativa de asegurar la posibilidad de elección efectiva de un comportamiento del líder adaptado a la situación.
No obstante, tal como lo señala Fred E. Fiedler a través de su Teoría de la Contingencia, es difícil para un ejecutivo cambiar el estilo de gestión con el cual tuvo éxito o al que está habituado, ya sea que la eficiencia del líder se oriente a las tareas o a las relaciones con las personas.
Si no se entrenan las habilidades y destrezas necesarias, los estilos de liderazgo y comunicación son relativamente inflexibles; y por otra parte, ningún estilo es apropiado para todas las situaciones.
En un entorno agitado donde las expectativas y las demandas cambian rápidamente, se hace imprescindible trabajar modelos adaptativos en virtud de la situación o circunstancia que se debe afrontar, tanto sea para informar o para persuadir.
Los dos estilos de Oratoria Situacional.
La Oratoria Situacional es un modelo de gestión que se basa en evaluar las necesidades de cada momento, elegir la solución discursiva más acertada y utilizar la forma de comunicar más útil para alcanzar los objetivos. Es una forma de oratoria flexible y adaptable que rompe con la idea de un único modelo de gestión discursiva.
De este modo, los disertantes pueden adaptarse al entorno, aplicando en cada ocasión la técnica o estilo oratorio ajustado a las necesidades. La elaboración y enunciación del discurso no serán las mismas ante un auditorio heterogéneo y generalista que ante uno homogéneo y altamente especializado.
Existen básicamente dos modelos de intervenciones discursivas:
Modelo Informativo y Modelo persuasivo.
La clave está en elegir el adecuado para cada situación.
Modelo Informativo: la prioridad son los datos, los hechos objetivos y racionales que determinan la situación. Se pone énfasis en la calidad de la información ofrecida, en su valor agregado, en su relevancia y oportunidad, en su correcta presentación desde el punto de vista sintáctico y semántico; y por sobre todo, se pone a disposición del auditorio las fuentes de la que proviene la información para su oportuna verificación. El orador actúa como un asesor especializado y experto en tema abordado. Se caracteriza por su sobriedad y medida y comunicación asertiva. El orador debe ser claro, conciso, objetiva, no debe omitir ningún dato de importancia y debe apegarse a hechos verificables, no insertar opiniones personales.
El orador debe ser discreto en el uso de adjetivos, evitar los señalamientos intrascendentes, no presumir que las cosas vayan a suceder de tal o cual forma y no condenar sin evidencias.
No obstante tratarse de un estilo o modelo eminentemente racional, el buen asesor genera confianza en el auditorio y con ella, los niveles de resistencia u oposición a la materia tratada disminuyen considerablemente.
Modelo Persuasivo: su característica principal es la adaptabilidad y flexibilidad, lo prioritario es influenciar, motivar, movilizar a quienes conforman el auditorio o gestionar el cambio; la verosimilitud argumentativa es su característica principal. La posibilidad de establecer un vínculo con el auditorio se transforma en un objetivo deseable. Se trata de un modelo en que las opiniones y subjetividades estás permitidas.
Si bien la fortaleza del caudal informativo sigue siendo vital, se coloca el énfasis en el tratamiento de esa información, en el modo de expresarla, en el tono de la comunicación, en la comunicación no verbal, simbólica, en el manejo de las pausas, en la calidad de las figuras retóricas seleccionadas para embellecer el discurso y para impactar y conmover al público meta.
Este modelo varía de situaciones netamente manipuladoras y competitivas a situaciones altamente interactivas y cooperativas. Los resultados se alcanzan a través de la coherencia discursiva, al hacer énfasis en la calidad de las argumentaciones y/o a través de la pertinencia de lo expuesto y su beneficio social.
Las dinámicas en el manejo del escenario y del público son elementales, como ser: el manejo armónico y medido del tiempo, del cuerpo, de las manos, de los elementos auxiliares audiovisuales y del espacio; el contacto visual con el público o las cámaras televisivas, el paneo permanente de todos los asistentes, la correcta entonación y la modulación de la voz.
Por Antonio Ezequiel Di Génova
E-mail: info@antoniodigenova.com
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- Magíster en Neuro Comunicación (ESCO Universitas – Universidad Católica de Murcia).
- Magíster en Comunicación Corporativa, Protocolo y Asesoría de Imagen (IMEP -España)
- Licenciado en Relaciones Públicas (Universidad J. F. Kennedy – Argentina)
- Posgrado en Identidad e Imagen Institucional (Universidad de Belgrano – Argentina)
- Presidente de REDIRP (Red Iberoamericana de Profesionales de Relaciones Públicas)
- CEO de Antonio Di Génova Group. Consultoría Integral de Relaciones Públicas. Marketing Digital. Prensa y Organización de Eventos.
- Profesor de Grado en la Universidad de Belgrano y en la Universidad Nacional de La Matanza y de Posgrado en la Universidad Nacional de La Plata.
- Organizador del Simposio Internacional de Relaciones Públicas y de la Cumbre Latinoamericana de Relaciones Públicas y Comunicación Estratégica.
- Autor de 7 libros: Global PR; Ceremonial Empresarial; Organización Integral de Eventos; Manual de Relaciones Públicas; Gestión Integrada de Relaciones Públicas, Eventos y Protocolo; Organización de Congresos & Convenciones, Oratoria Neuroexperiencial y Comunicación.